martes, 5 de noviembre de 2013

Sexo animal





SEXO ANIMAL


El tema del sexo es complicado, no solo para nuestra especie, muchas otras de las que llamamos menos evolucionadas tienen que utilizar trucos y escaramuzas para conseguir “pillar cacho”.
Es de todos conocido el caso de la Mantis religiosa que lejos de hacer honor a su nombre piadoso no duda en  zamparse al macho cuando este está aun disfrutando de las últimas oleadas de placer. No creo que le sirva de consuelo al pobre “hombre” el saber que este aporte extra de alimento servirá para perpetuar sus genes en la siguiente generación, seguro que gustosamente le lanzaría a su dama el consabido “ahí te quedas” o se iría a “comprar tabaco” pero así es la vida y el macho mantis “pierde la cabeza” por amor, literalmente.

Las arañas sufren de forma parecida. Las hembras, que son tan cegatas como los machos, en algunas especies son además muy poco “románticas”. El macho que encima de ser miope, como ya he mencionado, es muy pequeño (bajito y cegato, vaya fichaje) tiene que ingeniárselas para evitar que la hembra lo confunda con una presa y se lo meriende. Es por ello que en algunas especies además de desarrollar una increíble capacidad para hacer temblar la tela de la hembra lo menos posible, tienen que abastecerse de regalos para engatusar a su amada.

Así el macho acróbata “empaqueta” en seda algún insecto que haya conseguido apresar y se lo ofrece a ella, que distraída con su apetitoso regalo, será fecundada fugazmente mientras se pone hasta las trancas de comer, sí, las arañas son pelín frescas y distraídas, para qué negarlo...

Hay muchos otros insectos que desarrollan adaptaciones increíbles para tener descendencia, algunos con órganos copuladores con proyecciones especiales para sacar el esperma del cuerpo de la hembra, si esta había sido fecundada con anterioridad, y así ser el primero en la carrera hacia el cotizado óvulo. Puede parecer retorcido o de película de ciencia ficción pero es la lucha por la supervivencia.



Para ligar también tienen que andar espabilados, por ejemplo algunas especies de peces y lo hacen imitando que son hembras. Los ejemplares más esmirriados y pequeños tienen pocas posibilidades de “triunfar”así que se quedan al acecho cerca de alguna hembra en edad de merecer. Cuando un macho más aparente se acerca a esta hembra a cortejarla empieza a ejecutar una danza de amor para engatusarla. El macho “poquita cosa” entonces se acerca también a presenciar el cortejo haciéndose pasar por otra hembra, vamos que se traviste, y cuando la hembra verdadera, convencida por el despliegue de medios del macho de gimnasio, suelta sus huevos (óvulos) sin fecundar, el macho bajito aprovecha y los fecunda, en las napias del musculoso, que sigue presumiendo ya que no desconfía de la falsa hembra, ¡animalito!.

Lo gracioso es, además, que el supermacho cuida en ocasiones los huevos hasta su eclosión e incluso a los alevines, pensando que está velando por sus genes, cuando en realidad, gran parte de estos son, digamos, bastardos y el pobre macho cachas no cabe bien por las puertas, de la cornamenta que gasta el muchacho...

Con las ranas ocurre algo parecido. Como suelen dedicarse al cortejo de noche, lo más útil en estos casos es el sonido. Así conquistan a las hembras croando y, como en el caso anterior, se lleva el gato al agua, o la rana al agua mejor dicho, el que croa más fuerte. Los sapos y ranas que croan más alto son los más grandes porque pueden desarrollar sacos fonadores de mayor tamaño también. ¿Dónde está el truco? Pues si eres rana o sapo macho pequeño y no te comes un colín puedes colocarte en la trayectoria que separa al supersapo de la hembra, ella quedará extasiada por el increíble canto estilo Pavarotti del macho enorme, pero al ir a su encuentro se encontrará con el  enano pero como ojos que no ven corazón que no siente, tendrá una aventura con el  escuchimizado, que más da, ¡de noche todos los gatos son pardos!  Además:¿ no decían que el amor es ciego?

                                                                                                                                             PVB



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